Exposición” Espacios Eternos” (2012)
Espacios Eternos nos adentra en el mundo de los museos, lugares a los que llegamos como si de un “Templo Pagano” se tratara, donde nos transformamos y adecuamos nuestro comportamiento al entorno, nuestros movimientos se ralentizan, el diálogo se convierte en susurro como para no romper ese momento de intimidad necesario para contemplar las obras de arte que se nos muestran.
Manuel Lama, de una manera consciente percibe ese ambiente derivado de un proceso de observación y reflexión sobre el espacio, las luces y las formas, buscando el encuadre idóneo y como conclusión captar y sublimar ese instante para eternizarlo. Aunque lo parezca, no es un acto meramente mecánico, ve, observa y procesa la realidad a la que se está asomando, pero la imagen capturada no es el fin de la comunicación entre el espacio y el fotógrafo, es un diálogo con los conceptos, un debate con uno mismo que permite infinitas interpretaciones.
Así la percepción la concibe como una dialéctica entre el sujeto y el espacio, entre las propiedades del objeto y su naturaleza y las sensaciones que transmite y recibe el observador, y si algo debe tener desarrollado un fotógrafo es ese sentido, que es el que parece ocuparse de cómo comprendemos el mundo exterior, que no es en absoluto independiente a captar todo lo que lo constituye.
Algo interesante en la fotografía como herramienta de expresión y comunicación, es la posibilidad de explorar múltiples percepciones directamente desde la realidad, tomarlas y mostrarlas desde una perspectiva íntima e introspectiva, transmitiendo en cada imagen un sentimiento que las identifica y las hace únicas.
Desde que se diera a conocer con su primera exposición en el año 1992, ha ido perfilando una sólida trayectoria con gran coherencia y madurez artística, con formación autodidacta, madurando hasta crear un estilo personal, que hace patente en cada una de sus fotografías.
En ésta exposición nos presenta una interesante muestra, donde se puede observar su obra más reciente, que ha quedado reflejada con una selección de 33 fotografías en un recorrido a través de varios museos, demostrándonos una vez más su versatilidad y la variedad de registros.
Situándonos frente a una de sus fotografías, el encuadre nos muestra una pequeña parte de las salas, sugiriendo lo que no vemos, excitando nuestra imaginación, creándose un juego entre el observador y la imagen que es el objetivo que persigue el autor, ya que la fotografía artística va más allá de su belleza estética, debe desembocar en un pensamiento; suscitar una reacción, y seguir generando nuevas preguntas.
Alicia Reguera